El las últimas décadas el mercado inmobiliario ha sufrido ciertos cambios en su panorama. Entre ellos, no podemos negar la tendencia ascendente de alquileres de inmuebles que ha supuesto un contexto un poco complicado e impredecible.
Esto es debido a una cierta descompensación entre la oferta y demanda, creando ciertos miedos tantos en inquilinos como arrendatarios.
No obstante, existen ciertas soluciones para ellos, entre los cuales, nos encontramos los seguros para impago de alquiler. Pero, ¿en qué consisten exactamente? ¿Son realmente fiables? Si nunca habías oído hablar de ellos, te damos todas las respuestas aquí.
Seguro de impago de alquiler
A pesar de que el alquiler conlleva una rentabilidad media anual del 10,5% según los datos recopilados por el Banco de España ( se estima que un 6.6% por la revalorización de los pisos y un 3.9% por el alquiler en si mismo). El miedo a ser estafados es uno de los principales problemas que hacen que muchas personas se alejen de la inversión de su vivienda a través del alquiler.
Las pólizas de impago están destinadas a ser un tipo de seguro para la protección de los pagos con años de recorrido empresarial. Su funcionamiento es muy sencillo, básicamente te asegura el cobro de las rentas si el inquilino deja de pagar.
¿Quién puede contratar el seguro?
No obstante, al contrario de lo que mucha gente puede pensar, tanto arrendatario como arrendador pueden contratar este seguro. El primero, con la finalidad de no quedarse sin el alquiler mensual, el segundo para asegurarse de que siempre podrá pagar sus cuotas.
¿Cómo funciona el seguro de impagos de alquiler?
Su procedimiento para llevarlo a cabo es muy fácil. La póliza en cuestión, recoge una serie de supuestos en los que se pondrá en marcha la garantía por un lado y, por otro, las cantidades exactas que serán compensadas a modo de indemnización.
Sin embargo, se recomienda que se revise a conciencia el contrato para evitar sorpresas sobre cuándo exactamente se puede reclamar el dinero del alquiler:
Cuando se trata del titular del piso, necesitará una reclamación oficial del alquiler, así como un cierto periodo de meses de impago para poder realizarla. En el caso de los inquilinos, las causas para poder activar el seguro son más selectas (quedarse en paro, invalidez, desempleo longevo…)
¿Qué cubre la póliza de impagos de alquiler?
La mayoría de estos seguros cubren mucho más que solo el arrendamiento. Más allá de la morosidad, todas incluyen un límite de mensualidades que te pueden indemnizar (12 en la mayoría de casos) y la cantidad total. A mayor cuantía, más caro será la cuota del seguro. Es por ello, que las compañías suelen llevar a cabo un estudio de solvencia del propietario.
Además, también podemos encontrar otra clase de coberturas bastante interesantes. Por ejemplo, de defensa jurídica para hacer frente a los gastos de reclamación por la vía judicial o para defenderse sobre posibles demandas de los inquilinos.
La cobertura por desperfectos o actos violentos en la vivienda también es un gran plus. De forma que puedes estar cubiertos en ambos casos durante el desahucio. Es decir, al demostrar que los daños se hicieron en el momento de echar al inquilino de la casa o apartamento.
¿Merece la pena contratar el seguro de alquiler?
Como suele ocurrir en la mayoría de pólizas, el precio varía en dependencia de las coberturas y límites prestados. Se debe tener en cuenta que la cantidad a indemnizar será equivalente al precio del alquiler, por lo que cuanto más cara sea la vivienda, más caro será estar asegurado.
De media el seguro ronda entre el 3% al 5% de las cuotas que obtengas de forma anual. Por ello, cada caso particular es distinto y se debe evaluar independientemente según el nivel de protección que se necesite.
Con carácter general, es más rentable que otras alternativas preventivas como avales bancarios y además puede desgravar el coste si se incluye en la declaración de la renta. Por lo que se concluye y presume como una buena opción para alquilar tu casa a largo plazo.
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